sábado, 14 de mayo de 2011

Peregrinación a Fátima

Información completa acerca del Santuario mariano de Fátima, Portugal
Autor: Catholic.net | Fuente: Varios

La Virgen de Fátima (también llamada Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora del Rosario de Fátima, o Nossa Senhora de Fátima en portugués) es una advocación mariana del catolicismo que se venera en Fátima (localidad que le debe su nombre a la antigua ocupación de los árabes en ese territorio), población que pertenece al Distrito de Santarém, región Centro y subregión de Médio Tejo, Portugal, por aquellos que creen que la Bienaventurada Virgen María se apareció a tres niños pastores en Fátima, el día 13 de seis meses consecutivos, comenzando en el 13 de mayo, día consagrado a la Virgen de Fátima (excepción del 13 de agosto que no hubo aparición sino hasta el día 19).


Historia

Los hechos sucedieron desde el 13 de mayo hasta el 13 de octubre de 1917. Lucía dos Santos de diez años y sus primos, Jacinta y Francisco Marto de seis y nueve años respectivamente, relatan que sintieron como el reflejo de luz que se aproximaba y vieron a una Señora vestida de blanco surgir de una pequeña encina. Los niños aseguraron que se trataba de la Virgen María, la cual les pidió que regresaran al mismo sitio el 13 de cada mes durante seis meses. En posteriores retornos los niños fueron seguidos por miles de personas que se concentraban en el lugar para ser testigos de las apariciones. Con anterioridad a las apariciones marianas se había aparecido un ángel durante la primavera de 1916 en la cueva Loca do Cabeço. Francisco no escuchaba ni hablaba con la Señora, solo la veía.

Entre las recomendaciones, según los testimonios de los niños, la Virgen hizo hincapié en la importancia del rezo del rosario para la conversión de los pecadores y del mundo entero. La Virgen María también habría pedido la construcción de una capilla en el lugar, capilla que fue el germen del actual santuario.

Se dice que la Virgen apareció otras cinco veces a lo largo del año 1917. En el tiempo que sucedieron las apariciones, la Virgen, según testimonio de los videntes, realizó varias profecías, recomendaciones y entregó tres mensajes conocidos como Los tres secretos de Fátima.

Se afirma que tres mensajes fueron entregados por la Virgen María a Lucía, la mayor del grupo. El primer secreto, según Lucía, mostraba una visión del infierno mientras que el segundo hablaba de cómo reconvertir el mundo a la cristiandad. El texto del tercer misterio se mantuvo en secreto por muchos años y sólo fue revelado por el Papa Juan Pablo II el 26 de junio de 2000 precisamente en Fátima.

Interpretaciones de católicos afirman que el segundo misterio pronosticó la re-conversión de Rusia (en esas mismas fechas se realizó la Revolución rusa que dio lugar al primer estado socialista de la historia) al cristianismo. Y consideran que con la desintegración de la URSS en 1990 la profecía se ha cumplido. También se especula que en el tercer mensaje se profetizaba el atentado contra la vida del papa Juan Pablo II que ocurrió el 13 de mayo de 1981 (64° aniversario de la primera aparición de Fátima).

Además, según creyentes, la Virgen María predijo el final de la Primera Guerra Mundial (la cual terminó al año siguiente) y la muerte prematura de Francisco y Jacinta. Francisco murió el 4 de abril de 1919 y Jacinta el 20 de febrero de 1920, ambos fueron luego beatificados por la Iglesia Católica.

El actual santuario, cuyo nombre completo es Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima recibe anualmente cuatro millones de Peregrinos y en sus inmediaciones se han establecido más de 50 casas de religiosas femeninas y unas 15 congregaciones masculinas que incluyen un seminario.

La encina en la que apareció estuvo en el mismo lugar hasta los años 30.Desapareció porque las personas que iban allí le arrancaban trozos a la Santa encina.


La Virgen de Fátima

Fiesta de Nuestra Señora de Fátima
Apariciones de la Virgen a los tres pastorcitos en Fátima. 13 de mayo

Nuestra Señora de Fátima
La Santísima Virgen María se manifestó a tres niños campesinos

Fátima y los Papas
Benedicto XV, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI

Las apariciones de Fátima
Éste es el mensaje perenne de Fátima: la oración y la conversión

Como ovejas entre lobos
Libro P. Horacio Bojorge S. J. que reúne dos temas: La debilidad política de los católicos y la intervención histórica de Nuestra Señora en Fátima


Los pastores

Francisco Marto, Beato
Vidente de Fátima, 4 de abril

Jacinta Marto, Beata
Vidente de Fátima, 20 de febrero

Sor Lucía de Fátima
Sor Lucía, la última superviviente de los tres pastorcitos a quienes la Virgen María se les apareció en Fátima, Portugal

Sor Lucía regresa a Fátima
Por deseo de la vidente, sus restos estuvieron un año sepultados en el Carmelo de Santa Teresa, de Coimbra


El santuario de Fátima

Fátima
Página oficial del Santuario de Fátima

Cova de Iria
El visitante que va a Fátima puede dejarse atraer por la piedad y el recogimiento de los demás peregrinos

Aljustrel
En Aljustrel se pueden visitar las casas de los videntes

Fervor religioso en Fátima
Extensa oferta para los turistas y peregrinos que acuden a este santuario

Mis peregrinaciones a Fátima
La paz se aglomera en los huesos en las noches, durante la procesión alrededor del Santuario

Visit Portugal
Página de turismo de Portugal


El secreto de Fátima

El Mensaje de Fátima
Página del Vaticano sobre el Secreto de Fátima

El "Secreto" de Fátima
Primera y segunda parte del secreto, redacción hecha por Sor Lucía

Mensaje de Fátima, el tercer secreto
Textos de la tercera parte del secreto de Fátima

¿Cómo interpretar el Tercer Secreto de Fátima?
¿Cómo debemos entender la visión, qué hay que pensar de la misma?. Card. Ratzinger

Claves interpretativas del secreto de Fátima
Tercer secreto de Fátima apoyado en documento del Cardenal Ratzinger. Por Mons. Munilla

Falsificación del Secreto de Fátima
Si usted recibe el falso mensaje no lo propague

Verdadera tercera parte del Secreto de Fátima
Revelado el 13 de julio de 1917 a los tres pastorcitos en Cova de Iria, Fátima, transcrito por Sor Lucía el 3 de enero de 1944. La tercera parte del Secreto de Fátima se mantuvo en secreto hasta el año jubilar del 2000


Novedades

Portugal 2010
Viaje Apostólico a Portugal en el 10° aniversario de la beatificación de Jacinta y Francisco, los pastorcillos de Fátima (11-14 de mayo de 2010)

Programa de la peregrinación de mayo de 2010
Con ocasión del Viaje Apostólico de Benedicto XVI a Portugal

Fátima es el corazón del viaje de Benedicto XVI a Portugal
El 15º viaje internacional de Benedicto XVI también tiene su paso por Lisboa, Fátima y Porto, siendo el actual Papa el tercero en visitar Portugal, después de Pablo VI y Juan Pablo II

Concelebración de la Eucaristía del 13 de mayo presidida por el Papa Benedicto XVI
Información a los sacerdotes: Misa de las 10:00 del 13 de Mayo, en el Recinto del Santuario

Exposición. El Obispo vestido de blanco: Los Papas y Fátima
La visita de un Papa muestra la universalidad del mensaje de Fátima

Exposición “Jacinta Marto: candil que Dios encendió”
El Santuario de Fátima se centra en la figura de Jacinta Marto y la toma como especial modelo

Presentan himno de peregrinación juvenil a Fátima por visita de Benedicto XVI
La peregrinación se inicia la noche del 11 de mayo con una concentración frente a la Nunciatura Apostólica en Lisboa


Grupos y asociaciones

Apostolado Mundial de Fátima
La Santa Sede erige el Apostolado Mundial de Fátima como Asociación Pública de Fieles por decreto del Consejo Pontificio para los Laicos

Asociación Cultural Salvadme Reina de Fátima
Fue constituida para colaborar en la realización del anhelo del Papa de llevar a el mayor número de seglares a participar en la obra evangelizadora de la Iglesia

Con María, levantando el corazón


Cuando escuches en la misa: "Levantemos el corazón" tómate fuerte de la mano de María y pídele que te asista.
Autor: María Susana Ratero | Fuente: Catholic.net

Madre mía, hace unos días he leído una meditación de San Agustín que dice: "No escuchemos en vano la invitación:" ¡Levantemos el Corazón!" Y con todo el corazón ascendamos a Él"... y allí me quedé, Madrecita, preguntadote: ¿Que es ascender a él?

Y me respondiste:

- Si ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba"(Col 3,1)

Te confieso, Madre, que creí comprender tu respuesta, pero ya no estoy segura. Por eso espero que, en esta Misa, le pidas a tu Esposo, el Espíritu Santo, que me ilumine el alma.

Mientras transcurre la Misa siento la paz de saber que mi oración ha sido escuchada.

Y llega el momento, antes de la Consagración y como preparación a ella, en que el sacerdote pronuncia las palabras:

- "Levantemos el corazón"

En ese momento mil preguntas me inundan el alma y, sin atinar a más, me postro a tus pies y te las presento, de una en una:

-¿Cómo puedo levantar mi corazón, Madre, si me pesa tanto por causa de mis miserias y pecados? ¿Cómo puedo levantarlo si veo que tiene raíces demasiado profundas en las cosas de la tierra?

El tiempo se ha detenido en la Parroquia de Luján. No puedo responder al sacerdote si tú, Madre, no me explicas.

- Hija mía- y mi alma se calma y escucha- como lees en San Pablo (Col 3,1), levantar el corazón es deleitarse en los bienes de arriba, no en los de la tierra.

- Pero, Madre, no todo en mi corazón es anhelo de cielo... Hay demasiadas mezquindades con que me apego a la tierra.

- Comprendo, hija. Lo sientes tan pesado que no puede elevarse por sí mismo.

- ¿No tengo esperanza, entonces?

Y tu mirada sonríe y puedo sentir el océano de misericordia de tu Corazón, dulce Reina y Madre de Misericordia...

- Nada de eso, hija, si tu corazón no sube solo pues, súbelo tu, alto, muy alto...

-¿Qué tan alto, Madrecita? ¡No llego, no puedo!...

Y tu respuesta alegre me asombra el alma:

- Busca un sicómoro, ¡Vamos, trepa!, alto, como Zaqueo, y quédate en espera para que Jesús Eucaristía te diga: "Hoy me hospedaré en tu casa"

-¿Un sicómoro, Madre? Estamos dentro de la Parroquia ¡No hay sicómoros aquí!.. Ay, Madre, sé más explícita que tu torpe hija no te comprende.

Y me tiendes las manos para hacerme "pie", como me hacía mi padre para ayudarme a trepar a un árbol.

- Ven hija ¡Trepa a mi Corazón!

-¡Madre! ¡Claro! ¡Tu Corazón! Sí, solo tú puedes elevar mi corazón lo suficientemente alto...

Y levanto mi corazón hasta el Tuyo, pongo mi corazón en el Tuyo.

Ahora sí puedo responder al sacerdote:

- "Lo tenemos levantado hacia el Señor".

Madre, tú llevas mi corazón hasta donde Cristo ya ha llegado. Y allí me quedo, de tu mano...

Se acerca el momento de la Consagración. Con mi corazón en el Tuyo veo que estamos alto, muy alto, pues sólo desde tan alto puede adorarse plenamente a Jesús Eucaristía...

Sólo desde tan alto el alma puede rendirse ante un milagro cotidiano y conocido, pero jamás comprendido plenamente en su más profunda esencia...

Alto, Madre... mi corazón está alto... Sin embargo, sigo parada en el piso de la parroquia.

- La altura es interior, hija. Es un subir del alma para expresar su más profunda gratitud por tan grande amor...

Me preparo para recibir a Jesús bajo la apariencia de pan. Estoy en tu Corazón, Madre ¿Qué mejor lugar para recibirle?

Allí entregaré a Jesús a su Madre "que lo recibirá amorosamente, le colorará honrosamente, le adorará profundamente, le amará perfectamente, le abrazará estrechamente y le rendirá, en espíritu y en verdad, muchos obsequios que en nuestras espesas tinieblas nos son desconocidos"(San Luis María Grignion de Montfort)

"Levantemos el corazón". Apenas si empiezo a comprender la magnitud de la propuesta.

"Lo tenemos levantado hacia el Señor" Apenas si empiezo a comprender la magnitud de tal respuesta.

Madre... poco a poco voy comprendiendo cuán profundas son las palabras, los actos, los gestos de la Misa. Pide a Jesús me perdone por todas las veces que respondí mecánicamente, sin pensar.

Amigo, amiga que lees estas líneas, cuando escuches la propuesta "Levantemos el corazón" tómate fuerte de la mano de María y pídele que te asista. Tu corazón puede alcanzar alturas no imaginadas, aunque tus pies sigan pegados al piso de la Parroquia.



NOTA de la autora:

Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por Ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a mi imaginación, sin intervención sobrenatural alguna.

El mandamiento nuevo


Juan 15 9-17. Pascua. Jesucristo nos da su mandamiento de amar a nuestro prójimo como Él nos ha amado.
Autor: Diego Calderón | Fuente: Catholic.net
Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Juan 15 9-17

Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.

Oración introductoria

Jesucristo, me pongo en tu divina presencia para adorarte, agradecerte y entrar en la intimidad de tu Corazón. Ayúdame a vivir una fe que se demuestra con obras y enséñame a demostrarte mi amor en la caridad hacia mi prójimo. Te pido por la paz del mundo, por la Iglesia, por el Papa y por la unidad de todos los cristianos. Te encomiendo, especialmente, a mi familia. María, alcánzame la gracia de hacer real mi amor a tu Hijo en el servicio desinteresado a los demás. Jesús, enséñame a verte y encontrarte en mis hermanos.

Petición

Dios mío, dame la fuerza y la gracia de vivir el mandamiento de tu amor. Permíteme, Jesús, ir por encima de las apariencias y de las simpatías para entender que tú habitas en cada persona.

Meditación

“El «mandamiento nuevo» no consiste en una norma nueva y difícil, que hasta entonces no existía. Lo nuevo es el don que nos introduce en la mentalidad de Cristo. Si tenemos eso en cuenta, percibimos cuán lejos estamos a menudo con nuestra vida de esta novedad del Nuevo Testamento, y cuán poco damos a la humanidad el ejemplo de amar en comunión con su amor. Así no le damos la prueba de credibilidad de la verdad cristiana, que se demuestra con el amor. Precisamente por eso, queremos pedirle con más insistencia al Señor que, mediante su purificación, nos haga maduros para el mandamiento nuevo”. (Benedicto XVI, Homilía, 20 de marzo de 2008). Jesucristo nos da su mandamiento de amar a nuestro prójimo como Él nos ha amado. Desde esta perspectiva, la caridad debe ser el signo o el distintivo del cristiano, es decir, del seguidor de Cristo. Amar a Cristo y guardar su Palabra es, en definitiva, amar a nuestros hermanos con un amor que se hace obras.

Reflexión apostólica

Vivir la caridad no es fácil pero contamos con la gracia y el auxilio de Dios. El amor al prójimo es un mandamiento del Señor y Él mismo nos invita a vivirlo. Así, podemos comprender que Jesucristo no nos llama a vivir algo imposible o ilusorio sino que la caridad es una realidad necesaria y fundamental en nuestra vida diaria y en nuestra condición de cristianos. Por lo tanto, es necesario elevar el corazón por encima de las simpatías o antipatías para ver con los ojos de la fe a mi prójimo. No podemos olvidar que cada vez que hacemos o damos algo a nuestro hermano lo estamos haciendo con Cristo. Nuestro acto de caridad más grande es el de acercar a las personas, con nuestro ejemplo de vida, a Cristo. La caridad no consiste solamente en ayudar materialmente, cuando es posible, a los demás sino en dar nuestro tiempo, nuestro consejo y el consuelo a las almas que lo necesitan.

Propósito

Me esforzaré por vivir una de las siete obras misericordia espiritual.

Diálogo con Cristo

Jesús, me has amado perdonándome, dándome de comer el Pan Eucarístico, muriendo por mí en la cruz, sanando y curando todas mis heridas y permaneciendo siempre cerca de mí. Dame la gracia de cumplir tu mandamiento de amar a mis hermanos como tú me has amada. Esta es la vocación del cristiano, la vocación del amor auténtico y real, la vocación de la caridad.


Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios. (Beata Madre Teresa de Calcuta)

jueves, 12 de mayo de 2011

Jesús resucitó, está partiendo el pan para ti


Junto a nosotros, es El, "sus manos están partiendo el pan" y la gracia se hace viva en nuestros corazones.
Autor: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net


Por el camino de Emaús dos de los seguidores de Cristo regresan a su pueblo. Emaús es una pequeña aldea de Judea, dista unos once o doce kilómetros de Jerusalén. Está atardeciendo. Van llenos de amargura y decepción. Saben que Cristo, el Maestro ha muerto. Han oído algo que han dicho unas mujeres de su Comunidad pero no quieren prestar oídos; piensan: si hubiera resucitado lo hubiéramos visto.

María Magdalena con su amor vivo y esperanzado lo ha visto ya, ellos tendrán que "calentar el corazón" como nos dice San Lucas.

Mientras ellos van conversando de todo lo sucedido, un caminante se les ha unido y les va hablando con voz cálida y persuasiva: -" Oh, insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas ¿no era preciso que Cristo padeciera eso y entrara así en la gloria?. Y empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó todo lo que había sobre él en todas las escrituras" ( Lucas 24, 25-27).

Lo oían y estaban embelesados pero no lo reconocían. Como nos dice Evely: -" Jesús no se impone, aunque se proponga siempre así mismo. El nos deja libres. ¡Nada resulta tan fácil como obrar cual si no lo hubiésemos encontrado, como si no lo hubiésemos oído, como si no lo hubiésemos reconocido!". No queremos saber que camina en nuestro mismo camino y siempre junto a nosotros. No vaya a se que sus palabras y su mirada nos haga sus prisioneros.

Pero hay veces que es una enfermedad, un accidente, una pena, un momento especial en nuestras vidas que hacen que lo veamos, que la venda caiga de nuestros ojos, y ahí está, frente a nosotros, junto a nosotros, es El, "sus manos están partiendo el pan" y la gracia se hace viva en nuestros corazones.

Y los apóstoles que están cenando con el caminante, al reconocerlo se levantan, corren y regresan a Jerusalén. No guardan para sí su alegría, tienen que comunicarla y repartirla. Así nosotros, si el compañero de nuestro diario vivir es Jesús, no podemos esconder ni guardar para nosotros solos esa gran verdad, hemos de proclamarla para que todos los hombres estemos conscientes de esa maravillosa compañía.

El sabe lo testarudos que somos lo difícil que le es al hombre creer en lo que no ve. Más aún, en lo que no palpa. Y cuando se vuelve a aparecer al resto de los apóstoles adivina sus pensamientos y les dice:- " ¿ Por qué os turbáis y por qué sube a vuestro corazón esos pensamientos?. Ved mis manos y mis pies. Si soy yo. Palpadme y ved, los espíritus no tienen carne y huesos como veis que tengo yo" ( Lc, 24, 38-43).Y les va mostrando sus manos donde están sus heridas aún abiertas. Abre su túnica y ven su carne rota por larga y profunda herida, allí donde late el corazón. No hay misterios ni fantasías. Es El, y con una sonrisa tierna les dice:-" ¿Tenéis algo de comer?.

Tomás no estaba con ellos en ese grandioso momento. Sobre esto Evely nos comenta:-" Tomás es un auténtico hombre moderno, un existencialista que no cree mas que en lo que toca, un hombre que vive sin ilusiones, un pesimista audaz que quiere enfrentarse con el mal, pero que no se atreve a creer en el bien. Para él lo peor es siempre lo más seguro". Y cuando Jesús le dice:-" Tomás trae tu dedo y mételo en las llagas de mis manos, trae tu mano y métela en mi costado"(Jn 2O,27). Tomás toca, palpa y deslumbrado y aplastado, cae de rodillas y dice :-" Señor mío y Dios mío". Y Jesús responde ante esta bellísima oración:-" Tomás porque has visto has creído, dichosos los que han creído sin ver".

No nos empeñemos en "tocar y ver". Amémosle, que es mucho más sólido nuestro amor que nuestras manos. La humildad y profundidad de nuestra fe hará que haya una llama ardiente en nuestro corazón porque sabemos, porque creemos que Cristo es el compañero fiel en todo los instante de nuestra vida.

Si comes de este pan, vivirás para siempre


Juan 6, 44-51. Pascua. quiere decir que Jesús mismo es este alimento de nuestra alma, del hombre interior, que necesitamos, porque también el alma debe alimentarse.
Autor: Juan José Hernández | Fuente: Catholic.net

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 44-51

«Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».

Oración introductoria

Dios mío, Tú te entregas a mí en el don de la Eucaristía. Ayúdame a profundizar en la experiencia de tu amor misericordioso para crecer en la nueva vida que tu Hijo nos trajo.

Petición

Señor, permíteme acercarme a la comunión con gran amor.

Meditación

¿Qué quiere decir Jesús cuando dice que él es el pan de la vida?
«En este caso, quizá debemos aclarar ante todo qué es el pan. Hoy nuestra comida es refinada, con gran diversidad de alimentos, pero en las situaciones más simples el pan es el fundamento de la alimentación, y si Jesús se llama el pan de vida, el pan es, digamos, la sigla, un resumen de todo el alimento. Y como necesitamos alimentar nuestro cuerpo para vivir, así también nuestro espíritu, nuestra alma, nuestra voluntad necesita alimentarse. Nosotros, como personas humanas, no sólo tenemos un cuerpo sino también un alma; somos personas que pensamos, con una voluntad, una inteligencia, y debemos alimentar también el espíritu, el alma, para que pueda madurar, para que pueda llegar realmente a su plenitud. Así pues, si Jesús dice "yo soy el pan de vida", quiere decir que Jesús mismo es este alimento de nuestra alma, del hombre interior, que necesitamos, porque también el alma debe alimentarse. Y no bastan las cosas técnicas, aunque sean importantes.
Necesitamos precisamente esta amistad con Dios, que nos ayuda a tomar las decisiones correctas. Necesitamos madurar humanamente. En otras palabras, Jesús nos alimenta para llegar a ser realmente personas maduras y para que nuestra vida sea buena.» (Benedicto XVI, Catequesis, 15 de octubre de 2005).

Reflexión apostólica

El pan de la vida que Jesús nos da es verdadero alimento. Así como el alimento corporal nos da fuerza para el trabajo externo, también este alimento nos da la fuerza para actuar según el Evangelio. Por medio de la Eucaristía, Jesús quiere que demos frutos en nuestra vida especialmente en nuestra vivencia de la caridad al prójimo.

Propósito

Buscar unirme al sacrificio de amor de Cristo por medio de algún acto de caridad concreto durante el día.

Diálogo con Cristo

Jesús tú me ofreces en el Pan de la Eucaristía el alimento fundamental para mi vida espiritual. Gracias por este don inmerecido. Quiere madurar en mi fe, crecer en mi esperanza y amor. Sé que esto lo puedo lograr fortaleciendo mi amistad contigo en este sacramento. Te quiero recibir con un amor sincero.


La eucaristía es el misterio de nuestra unión profunda con Cristo (Madre Teresa de Calcuta)

miércoles, 11 de mayo de 2011

Cristo nos invita... desde la montaña.


Si quieres ser feliz, siembra hoy para cosechar mañana; lucha hoy, para triunfar en el futuro; sacrifícate ahora para recibir los frutos después.
Autor: P. José Luis Richard | Fuente: Catholic.net


En el Sermón de la Montaña, Cristo desborda su corazón, revela los misterios del Reino. Nos da a conocer la sabiduría de Dios y la clave de la felicidad: sembrar con paciencia para recoger los frutos llegado el tiempo, pagar el precio justo.

Es impresionante cómo ha ido cambiando nuestro mundo y con qué rapidez. Para los hombres de hace medio siglo, sería una verdadera fantasía el pensar en la informática, tan avanzada y al alcance de todos. Nuestros bisabuelos nunca se imaginaron los nuevos artefactos de guerra tan sofisticados, tan precisos. Jamás soñaron con nuestros medios de transporte tan seguros y veloces...

Los hombres de hace cincuenta o sesenta años sabían que si alguien quería una buena cosecha, tendría que trabajar muy duro durante todo el otoño y pasarse la primavera escardando sus campos. El alfarero, el zapatero, el herrero, todos ellos tenían muy bien sabido que si querían producir más, les hacían falta más horas de trabajo, más mano de obra...

Nosotros, con nuestra tecnología, nos hemos acostumbrado a lo automático, a lo fácil, lo cómodo. A encender la televisión desde la cama con un botón, a abrir la puerta de casa desde el coche, a viajar cómodamente con la visa... pagando después.

A la gente de nuestra época se le atrae así. Si quieren vendernos algo, que sea rápidamente y sin complicaciones.

Si algo ha de producirnos comodidad, alegría, felicidad, placer, tiene que ser al instante, sin tardar. Si se oprime el botón, es para que el trabajo quede listo en un momento. No queremos trabajos sin frutos inmediatos. Queremos la mayor cantidad de bienes con el menor esfuerzo. Es la moda.

Y sin embargo, Cristo, desde la montaña, usa un vocabulario completamente opuesto: Si quieres ser feliz, siembra hoy para cosechar mañana; lucha hoy, para triunfar en el futuro; sacrifícate ahora para recibir los frutos después.

Cristo nos propone abandonarnos a nosotros mismos para seguir su Evangelio. No consentir a las pasiones. No ser tan delicados. Aguantar y ser firmes ante el sufrimiento. Ser generosos y aceptar el dolor por amor a Él, como un medio seguro para conseguir la ansiada felicidad. El Reino de los cielos no se consigue con palancas y botones sino con sacrificio y amor a Cristo.

Nuestra misma sociedad puede explicarnos muy bien lo que Cristo nos invita a hacer desde la montaña. La vida actualmente es muy cara, muy difícil. Hay que pagar por todo. Nada se regala. También nuestra felicidad tiene un precio: pisar las mismas huellas de Cristo. Aunque más de una vez nuestros pies sangren.

Señor, quiero desde hoy trabajar con paciencia y generosidad, sembrar sin prisas, para alcanzar con mi sacrificio la verdadera felicidad.

Yo soy el pan de vida


Juan 6, 35-40. Cristo nos espera, porque quien camina hacia Él por la fe, nunca será rechazado.
Autor: José Noé Patiño | Fuente: Catholic.net
Juan 6, 35-40.



En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día.


Reflexión:


Todo el que vea al Hijo de Dios y crea en Él, es decir, quien lo reconoce y acoge mediante la fe, tendrá la vida eterna y resucitará en el último día. La fe es un don de Dios que nos dispone para asentir a las verdades reveladas por Dios. No es algo que se logre por un mero esfuerzo humano.
Pero es necesaria nuestra colaboración con Dios. Dios ha querido sentir necesidad de nosotros.

Hay cristianos que son como esos cantos redondos de los ríos, que a lo mejor llevan años dentro del agua, pero se rompen y en su interior están completamente secos. La falta no está en el cristianismo sino en esos corazones que son como el de los judíos del evangelio: "han visto pero no han creído".

Nada hemos de valorar tanto como este regalo de la fe. Por defender la fe, se da incluso la vida, como tantas veces ha ocurrido a lo largo de los siglos.

Pero no nos sintamos solos. Cristo nos espera con los brazos abiertos, porque quien camina hacia Él por la fe, nunca será rechazado.

martes, 10 de mayo de 2011

La lección de la cruz la entienden hasta los niños


Me lo ha mandado Mª. Luisa
 y me dice que lo comparta:
***
ESPERO QUE LO COMPARTAS




Señor, es demasiado pesada,
 por favor déjame cortarla un poquito
 y podré cargarla mejor



Gracias, Señor, porque así es más fácil
 y pesa menos!!


Señor, solo otro poquito!!!
Ya no te pediré más!!
 

Gracias, Señor. Así es muy fácil!!



 Y ahora Señor, cómo se puede pasar?
Búscame otro camino!!
Ahí tienes el camino. Pon tu cruz como los demás!!
podrás pasar por encima...
Ahhh, es demasiado corta
 y no puedo cruzar…

Dios nunca te dará más
 de lo que puedes cargar.
Así que carga tu cruz
 y regocíjate en el premio.
Aprendamos a cargar nuestra cruz
sin renegar y sólo pidamos al Señor
 fuerza y fortaleza
para salir adelante y salir triunfadores.
Cualquiera sea tu cruz,
Cualquiera sea tu dolor,
siempre habrá un resplandor ,
un atardecer,
después de la lluvia …..
Quizás puedas tropezar,
quizás hasta caer…..
Pero Dios siempre está listo
a responder a tu llamada ……
Dios siempre enviará un arco iris
después de la lluvia.

*****************

Envia esto a todos tus conocidos
 y haz presente a Dios en todos tus amigos
***************
La Cruz hay que llevarla sin escoger,
ni el peso ni el tamaño.
Cuando la arreglamos a nuestra medida,
al final nos pesará más,
al no haber aceptado la que nos daba el Señor.
Has visto una buena lección.
Hasta los niños lo pueden entender.
Estas cosas... Dios Nuestro Señor,
se lo ha revelado a la gente sencilla,
y los comodones no entenderán de cruces.
Franja.

Llega Él... ¡Hay que dejar todo!


¡Todo! Aun las redes nuevas que se acaban de comprar; hasta la barca... Todo.
Autor: P. Jose Luis Richard | Fuente: Catholic.net


Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron.

El lago les presentaba ese día una fuente repleta de peces. Simón y Andrés estaban felices con su buena faena. Los dos hermanos podrían haber seguido pescando todo el día sin cansarse. El sol brillaba pero no había mucho calor, la brisa les rodeaba mientras trabajaban... Es decir, era uno de esos días en los que no resulta tan duro ser pescador.

Llega Él.

¡Hay que dejar todo! ¡Todo! Aun las redes nuevas que se acaban de comprar; hasta la barca; incluso la posibilidad de vender los pescados del día... Todo. Para seguirle a Él. A uno que les llama. ¿Y por qué le siguen? Por eso, porque les llama. Porque les invita con una autoridad que nunca habían visto antes, con una fuerza que les asegura: "podéis confiar en mí, podéis poner vuestra vida en mis manos sin temor".

Hoy día sólo han cambiado las circunstancias, el paisaje por donde pasa Cristo. Entonces, en Galilea, fue un lago. Ahora podría ser una montaña de Suiza, un edificio en Londres o una playa en California. Pero es el mismo Jesucristo quien pasa por la vida de muchos inesperadamente, tal vez a una hora en que todo va muy bien, cuando aparece un nuevo trabajo con esperanzas de mucho éxito, o una oportunidad estupenda de descanso.

Cristo sigue llamando porque son muchos los hombres a los que aún no ha llegado su salvación y, sin embargo, "los operarios son pocos". Necesita como nunca colaboradores para esa misión, colaboradores que no piensen en su propio bienestar, cuyos ideales sean más fuertes que el deseo de comodidad y cuyo amor resista al atractivo de una vida fácil y sin problemas.

Para esta misión Cristo llama cuando quiere. A unos les sugiere la donación total en la primavera de la vida, acabados los estudios, cuando están listos para darse de lleno a la tarea. A otros, después de unos años de crecimiento espiritual y humano, cuando han desarrollado ya ciertos talentos y tienen así la oportunidad de hacerlos fructificar para Él.

A cada uno le confía una responsabilidad particular. A los primeros apóstoles la fundación de su Iglesia. Luego invitó a otros muchos discípulos: obispos, laicos, hombres y mujeres consagrados... para continuar su obra y extender el Reino. A otros les invitó a darle a conocer por todo el mundo, en todos los continentes, en las selvas más remotas y en la isla más perdida... Pero la misión de todos es la misma: que los hombres sean felices después de haber conocido el amor de Cristo. Es una misión urgente como nunca. Y para la cual Jesús sigue pidiendo ayuda.

La vocación no es otra cosa que el ofrecimiento de Cristo a colaborar con Él, a trabajar en su viña, a luchar por su Causa, para extender su amor, anunciar su palabra... Vista con fe, ¿no es más preciosa que dominar la tierra entera?

Por eso, después de recibir el llamado, el agraciado sólo tiene que amar mucho. Nada más. El amor le mostrará el camino que no alcanza a divisar el egoísmo. El amor le indicará la voluntad de Dios cuando su sensualidad le grite "¡basta!" . El amor sabrá acallar esos gritos: es capaz de ver el blanco y el negro en un mundo de engaños, en un mundo que no entiende la vocación a trabajar por el Reino y que trata a toda costa de disuadir a los elegidos.

Los discípulos se sentían felices, sí, verdaderamente felices. Su respuesta inmediata les proporcionó la mejor parte en este mundo: el gozo del trabajo al lado de Jesucristo.

Al elegirnos para una misión tan grande como es la de extender su Reino entre los hombres, no lo hizo Cristo porque descubriera en nosotros capacidades o cualidades especiales, sino simplemente "porque nos amó más", y ante ese misterio no hay otras razones, sino solamente actitudes de adoración, de agradecimiento, de correspondencia.